En el centro educativo Saminay de Otavalo se llevó a cabo el acto del cierre del proyecto. Las comunidades tienen la responsabilidad de dar continuidad al trabajo.
La Prefectura, con el apoyo de la Diputación de Huelva, pusieron en marcha un proyecto que da lugar a que los campesinos trabajen criando y cuidando este tipo de animales domésticos, cuya carne es apetecida en los mejores restaurantes, gracias a sus bondades alimenticias y nutricionales.
IBARRA.- A través de un convenio de cooperación interinstitucional entre la Prefectura de Imbabura y la Diputación de Huelva (España) se ejecutó el Proyecto Mejoramiento Genético del Cerdo Ibérico, mediante selección fenotípica de cerdos criollos, que fueron analizados en la Universidad de Córdoba en el 2017. El resultado de estos estudios arrojó una población porcina homogénea genéticamente.
Dentro del proyecto se entregó 600 cerdos en las comunidades rurales de Pimampiro, Otavalo y Urcuquí, para promover la crianza del cerdo ibérico criollo y generar desarrollo económico sostenible en las localidades campesinas.
Los poblados beneficiados de la iniciativa tuvieron una capacitación constante en seguridad alimentaria, formación de productores porcinos en manejo y sanidad animal y crianza del cerdo ibérico criollo. Para el cumplimiento de todo este trabajo se hicieron aportes económicos. La Prefectura entregó 37.308,00 dólares y la Diputación de Huelva Cooperación Internacional 57.509,14 dólares.
El cierre de este proyecto se llevó acabo en la Unidad Educativa Saminay en el cantón Otavalo. Aquí se realizaron charlas sobre la crianza de esta especie en la provincia donde participaron estudiantes, empresas privadas y beneficiarios de varios sectores de la provincia.
Actualmente existe un grupo de cocineros jóvenes que están montando restaurantes en la ciudad de Quito y ellos son quienes están buscando productos como el cerdo Ibérico para poder venderlo y prepararlo, en si ellos no quieren comprar productos que sean de criaderos y que no tengan una historia que contar.
Para Esteban Tapia, docente de la Universidad San Francisco, la crianza de estos cerdos ayuda mucho a lo que es el expendio de carne de este tipo de animales y que la producción de los derivados, puedan ser consumidos por todas las personas, sin ningún temor y con la garantía de que estos son más saludables.
La intención de los coordinadores de este proyecto es seguir capacitando a las personas sobre los cuidados, las líneas de comercialización y también crear alianzas estratégicas con Slow Food los cuales son expertos en etiquetas narrativas, en los principios, de bueno, limpio, justo y biodiverso y también con las líneas nuevas de comercialización
Oscar Cangás del Restaurante la Choza, habló sobre su experiencia de preparar el cerdo ibérico. Dijo que con esta acción se recuperara las tradiciones de nuestra tierra al momento del procesamiento y degustación de este tipo de productos.
El equipo encargado de poner en marcha todo el trabajo para el aprovechamiento del cerdo ibérico en todo su contexto son Patricia Guamán y José Luis Hernández, técnicos veterinarios de la Prefectura. Jorge Fuentes comparte esta experiencia por encargo de la Diputación de Huelva.