Amadeo Casco, presidente del Gobierno Parroquial, y el prefecto Pablo Jurado, durante la firma del convenio.
La Prefectura firmó un convenio con el Gobierno Parroquial para invertir un total de 123.939 dólares en la realización del asfaltado de una de las calles principales del centro poblado.
IBARRA.- A través de la firma de un convenio entre la Prefectura de Imbabura y el GAD Parroquial de San Pablo del cantón Otavalo se dio inicio el proceso para la construcción del asfaltado de la calle Eugenio Espejo, en la comunidad Araque. La obra fue esperada durante muchos años por los moradores, con la esperanza de vivir en mejores condiciones.
En un acto en el que se oficializó el compromiso, Gustavo Yacelga, síndico de la localidad rural, fue el encargado de dar la bienvenida a las autoridades, manifestando que para él y todos sus vecinos este es un día histórico, pues luego de varios años de lucha se hizo realidad el anhelado proyecto.
A renglón seguido, Efraín Sánchez, en calidad de presidente, aprovechó la oportunidad para resaltar el trabajo de la Prefectura, asegurando que en este sector se ha tomado con mucha responsabilidad el mejoramiento y mantenimiento de los caminos, lo cual resulta importante para poder movilizarse sin mayores dificultades.
Sánchez enfatizó que el asfaltado de la calle se lo planificó de manera responsable, pensando en la importancia de realizar el trabajo, sin que esto signifique un capricho de la dirigencia o de las autoridades. “El Presupuesto Participativo va a permitirnos ver concretada la obra”.
Amadeo Casco, presidente del GAD Parroquial, fue enfático en señalar que la inversión comprometida se la canalizó con el firme propósito de atender una justa demanda. “Se hace realidad una acción que favorece a la comunidad, por parte de las autoridades que retribuyen así ante la confianza de quienes los eligieron para que los representen”.
Recordó que años atrás, la parroquia se vio afectada por la falta de coordinación entre las autoridades, motivado, especialmente, por el tema político. Hoy, dijo, gracias al esfuerzo compartido y el alto nivel de entendimiento se hace efectivo el desarrollo.
Pablo Jurado, prefecto de Imbabura, ratificó el afán de trabajo en bien de los moradores, sin embargo, reconoció que hubo demora en atender esta demanda, especialmente por el recorte presupuestario del que fue objeto el organismo provincial el pasado año.
“La responsabilidad no se puede olvidar, mucho menos si ésta beneficia a cientos de personas de una comunidad rural, que necesita progresar”, dijo Jurado, en medio de la satisfacción de los habitantes.