La construcción del moderno puente complementa la apertura de la vía que conecta a la cabecera parroquial de Lita.
Los cerca de 400 habitantes recuerdan que hace algunos años tenían que transitar durante 9 horas desde esa localidad hasta la cabecera parroquial de Lita. El camino estaba lleno de lodo y el caudaloso río hacía del viaje, una peligrosa aventura. La Prefectura de Imbabura intervino en la construcción de un puente y abrió una parte del tramo vial para conectar a las comunidades de la etnia Awá.
Sin importar el caluroso clima, el pasado viernes, 8 de enero, unos 50 habitantes del Palmira esperaban ansiosos la llegada de los constructores y los funcionarios de Infraestructura Física y Fiscalización de la Prefectura de Imbabura. El puente de 40 metros estaba listo y a pesar de que ya lo están utilizando desde finales del año 2015, ellos querían ser parte de la entrega oficial.
Para estos comuneros, esta obra es uno de sus sueños más anhelados. Ahora sus hijos y nietos no tendrán que caminar por extensas horas bajo sol y lluvia, ya que cualquier clase de vehículo puede llegar a su comunidad con facilidad. El costo de la construcción del puente llegó a los 382 mil 358 dólares. Fue ejecutado por la constructora Lita desde el 27 de junio del pasado año.
INTERVENCIÓN HISTÓRICA
Palmira está ubicado a aproximadamente 21 kilómetros de Lita, parroquia rural del cantón Ibarra. Gracias a la intervención de la Prefectura, los habitantes cuentan con una carretera transitable y un puente de construcción mixta, que permiten el paso de vehículos hacia esta localidad.
La institución provincial, dirigida por el prefecto Pablo Jurado, puso en marcha la construcción de un tramo de carretera de 8 kilómetros de longitud que enlaza Río Verde con San Francisco hasta arribar a la comunidad Palmira.
Estas obras además benefician a los campesinos de La Colonia, Río Verde Bajo, San Francisco, Anturio y Montesión, quienes agradecen la pronta atención que han recibido. Extensos cultivos de naranjilla, tomate de árbol, caña de azúcar, guayaba, yuca, plátano y papaya, llenan de color a la zona.
“Los ofrecimientos no se han quedado en palabras y ahora estamos felices de tener la obra terminada. Durante seis meses vimos trabajar arduamente para la construcción del puente y ahora es una realidad. Podemos trasladar nuestros productos con facilidad y los visitantes pueden llegar para que conozcan nuestras comunidades”, afirmó Guillermo Taicús, morador y dirigente de Palmira.
ATENCIÓN OPORTUNA
Guillermo recordó con tristeza que la mayoría de autoridades ni siquiera conocen la comunidad donde él nació, pero con alegría destacó que recibieron al prefecto por dos ocasiones al inicio de su gestión. “Cuando Pablo Jurado estuvo por primera vez aquí caminó por varias horas junto a más de 50 empleados de la Prefectura. Compartieron un fin de semana con nosotros, nos brindaron atención médica y nos dejaron productos de primera necesidad”.
Además dijo que el compromiso de la autoridad provincial lo ven plasmado en la apertura del camino y la construcción del puente, que no solo permite transitar a los vehículos, sino que une pueblos, tradiciones y vivencias de los habitantes más alejados de la provincia.
Otro de los dirigentes que han luchado por el progreso de Palmira es Luis Cantincús, quien manifiesta que la obra ejecutada es el inicio de progreso y desarrollo de los pueblos Awá, asentados en Lita.
“Con gran sacrificio sembrábamos y cosechábamos nuestros productos, pero la emoción terminaba el momento en que teníamos que llevarlos hasta Lita para venderlos. En la época de lluvia el camino que abrimos con nuestras propias manos era intransitable. Nuestros caballos corrían peligro al cruzar el río y a veces la cosecha no llegaba al pueblo”, señaló.